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Recientemente, Red Notice Monitor publicó un pieza en el que advertíamos sobre el preocupante número de registros de notificaciones rojas de Interpol y la probable tendencia de los regímenes autoritarios a utilizar esta herramienta de cooperación policial internacional como medio de represión contra su oposición. Esta tendencia continúa. En 2024, el sistema de notificaciones rojas de INTERPOL alcanzó un máximo sin precedentes, al publicar 15.548 notificacioneslo que supone el total anual más alto jamás registrado.

Estas difusiones, fundamentales para la cooperación policial internacional, consolidan el papel del sistema como piedra angular de la aplicación de la ley a escala mundial. Sin embargo, el Grupo Especial sobre Notificaciones y Difusiones ("NDTF") rechazó o anuló 2.462 notificaciones y difusiones, lo que supone un aumento de 54% con respecto a las 1.598 de 2023, y establece un récord de 2.462 notificaciones y difusiones rechazadas. registrar. Cabe destacar que esta cifra coincide estrechamente con los 2.411 casos tratados por la Comisión de Control de los Ficheros de INTERPOL en 2024, muchos de los cuales implicaban la supresión de notificaciones. Esta convergencia pone de manifiesto tanto un riguroso escrutinio como la persistencia de los problemas de cumplimiento, y deja al descubierto los puntos vulnerables de un sistema fundamental para la seguridad internacional.

Las difusiones rojas, que alertan a los países miembros sobre la detención de personas a efectos de extradición, aumentaron hasta 15.548, lo que pone de relieve su papel crucial en la lucha contra delitos transnacionales como la ciberdelincuencia, el terrorismo y la trata de seres humanos en un mundo cada vez más interconectado. Las difusiones azules, utilizadas para recabar información sobre personas y como valioso instrumento para la cooperación policial contra la delincuencia transnacional, experimentaron un modesto crecimiento y se elevaron a 3.700.

Las 2.462 denegaciones del NDTF -111 por violaciones de los derechos humanos, 194 por motivos políticos, militares, religiosos o raciales contemplados en el artículo 3 y 2.157 por "otros motivos" (88% de denegaciones)- ponen de manifiesto una mayor supervisión de las solicitudes de cooperación policial enviadas por los Estados a Interpol. Además, la ambigua categoría de "otros motivos", que engloba cuestiones de procedimiento como documentación incompleta o gravedad insuficiente de los delitos, oculta motivos específicos de denegación, lo que puede encubrir abusos políticos.

Los 2.462 rechazos del NDTF reflejan fielmente los 2.411 casos procesados por el CCF, muchos de los cuales implicaban la retirada de notificaciones debido a impugnaciones individuales, lo que sugiere un incumplimiento constante tanto en la fase previa como en la posterior a la publicación. Esta notable coincidencia, con sólo 51 casos de diferencia, pone de relieve problemas sistémicos, como "hemos advertido en la Parte 1 de esta serie: el sistema es 'vulnerable al uso indebido', especialmente por parte de regímenes autoritarios que atacan a disidentes o periodistas bajo la apariencia de cargos penales".

Sin embargo, existe una diferencia fundamental entre estos dos mecanismos de revisión de las difusiones de Interpol. La función del NDTF consiste en examinar las difusiones rojas y los mensajes de difusión antes de su publicación, tratando de garantizar su conformidad con el marco jurídico de INTERPOL. Los mensajes de difusión, enviados directamente a las Oficinas Centrales Nacionales (OCN), se marcan como pendientes de examen para evitar que se tomen medidas prematuras. Por el contrario, el CCF se ocupa de las impugnaciones posteriores a la publicación presentadas por particulares que impugnan las notificaciones. Las cifras casi idénticas del NDTF (2.462) y del CCF (2.411) sugieren que los problemas de cumplimiento persisten más allá de las revisiones iniciales, y que los particulares descubren infracciones -como notificaciones con motivación política- que reflejan las conclusiones del NDTF. Sin embargo, las estadísticas del NDTF de 2024 excluyen los resultados del CCF, que se notifican por separado, fragmentando así el panorama del cumplimiento y limitando la comprensión del alcance total del uso indebido. Esta desconexión obstaculiza los esfuerzos por abordar los fallos sistémicos, ya que las impugnaciones posteriores a la publicación a menudo revelan problemas pasados por alto durante las revisiones previas a la publicación.

La falta de datos específicos por países sobre las notificaciones rechazadas sigue siendo una laguna crítica. Mientras que el NDTF no identifica los países cuyas notificaciones han sido retiradas, el CCF sí lo hace, aunque con un alcance limitado. Si no se especifica qué Estados miembros presentan solicitudes no conformes, los patrones de abuso -especialmente las notificaciones con motivaciones políticas dirigidas a activistas o críticos- pasan desapercibidos.

Además, las cifras recientemente publicadas indican un sistema sometido a tensiones, en el que ambos organismos detectan importantes incumplimientos, desde errores de procedimiento hasta posibles abusos políticos. Esta tensión se ve agravada por la complejidad del sistema: 190 Estados miembros, diversos ordenamientos jurídicos y distintas capacidades de las OCN crean incoherencias en la calidad de las notificaciones. Las difusiones con motivaciones políticas, que a menudo se disfrazan de solicitudes penales legítimas, erosionan la confianza en Interpol, especialmente cuando se dirigen contra grupos vulnerables como los refugiados o las figuras de la oposición. El papel del CCF en la corrección de estas difusiones con posterioridad a su publicación es vital, aunque su limitada integración con los datos del NDTF oculta todo el alcance del uso indebido.

Para reforzar el sistema, Interpol podría emprender varias reformas. Por ejemplo, la identificación de los países con altos índices de rechazo en virtud del artículo 3 podría orientar las intervenciones específicas. Además, desglosar la categoría "otros motivos" en cuestiones específicas -como errores de documentación, pruebas insuficientes o sospechas de motivos políticos- aclararía las pautas de rechazo y pondría de manifiesto los abusos.

Además, la consolidación de los datos del NDTF y del CCF en un único informe anual proporcionaría una visión global del cumplimiento, salvando las distancias entre las percepciones previas y posteriores a la publicación. El refuerzo de los recursos del NDTF, como la dotación de personal o, por qué no, las herramientas de selección basadas en IA, podría mejorar las revisiones previas a la publicación, especialmente en el caso de las notificaciones procedentes de países con antecedentes de uso indebido. La IA podría señalar indicadores lingüísticos o contextuales de motivos políticos, reduciendo la dependencia de categorías vagas. Por último, Interpol podría mejorar su colaboración con las organizaciones de derechos humanos, y los juristas podrían perfeccionar las directrices para disuadir de los abusos, preservando al mismo tiempo la eficacia del sistema.

Las medidas adicionales podrían incluir programas de capacitación de las OCN para mejorar la calidad de las notificaciones y reducir los errores de procedimiento. Los talleres o los módulos de formación en línea podrían normalizar las prácticas de documentación en todos los Estados miembros, abordando el elevado volumen de rechazos por "otros motivos". Interpol también podría lanzar campañas de concienciación pública para educar a las partes interesadas en el uso adecuado de las difusiones, haciendo hincapié en el cumplimiento de los artículos 2 y 3. Estas medidas, combinadas con inversiones tecnológicas, mejorarían la resistencia del sistema frente a los abusos.

Los datos de Interpol de 2024 sobre difusiones rojas, con 15.548 difusiones publicadas y 2.462 rechazos por parte del NDTF -reflejados por 2.411 casos del CCF-, reflejan una herramienta vital pero cuestionada. La alineación de las cifras del NDTF y el CCF pone de relieve problemas de cumplimiento generalizados, desde lagunas de procedimiento hasta posibles abusos políticos. Para garantizar que las difusiones rojas estén al servicio de la justicia, y no de los intereses políticos, es fundamental subsanar las lagunas de transparencia, unificar los datos y aplicar reformas. Con la adopción de estas medidas, Interpol puede reforzar su sistema y mantener su papel como eje de la aplicación de la ley a escala mundial, salvaguardando al mismo tiempo la imparcialidad y la rendición de cuentas.

Imagen: vía Unsplash por Nicholas Cappello

Gracias a Cristian González Ruiz por su ayuda en la investigación y redacción de este blog.

Cristian es abogado titulado en Colombia y Consultor Internacional con experiencia en litigio estratégico ante tribunales nacionales e internacionales. Fue galardonado como Abogado Pro-Bono del año en 2021. Cristian tiene una Maestría Avanzada en Derecho Internacional Público (Cum Laude) de la Universidad de Leiden, una Maestría en Derecho Internacional, una Licenciatura en Ciencias Políticas y un Doctorado en Derecho (eq.) por la Universidad de Los Andes (Colombia).

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