A pesar de estas mejoras, el panel destacó varios retos pendientes. Ben Keith, destacado abogado, experto en retirada de notificaciones rojas y editor de Monitor de notificación roja La persecución de los uigures por parte de China se citó como ejemplo destacado para ilustrar el potencial de las maquinaciones políticas bajo la apariencia de una aplicación legítima de la ley. Se citó como ejemplo destacado la persecución de los uigures por parte de China, que ilustra el potencial de las maquinaciones políticas bajo el manto de la aplicación legítima de la ley.
Keith hizo hincapié en el importante reto que supone para la CCF distinguir entre auténticos casos delictivos y persecuciones por motivos políticos sin prohibir de forma generalizada determinados países basándose únicamente en la información facilitada a Interpol. Según Keith, esto se debe a que el sistema de difusiones rojas es un sistema de intercambio de información: "Si esa información está corrompida o se elabora con fines nefastos, ni siquiera el examen por parte de alguien instruido y que entienda las complejidades políticas y de derechos humanos va a poder decir siempre que, de hecho, algo no va bien en la persecución".
El grupo de expertos coincidió en que esta dificultad es la causa principal de la vulnerabilidad del sistema a los abusos. Incluso con un examen educado, no siempre es posible discernir la verdadera naturaleza de un caso a primera vista.
La escasez de recursos fue un tema recurrente a lo largo del debate. Tanto Interpol como la CCF se enfrentan a limitaciones en su capacidad para examinar los casos de forma exhaustiva y rápida debido a la insuficiencia de fondos y personal, lo que repercute directamente en la eficiencia y eficacia del sistema de notificaciones rojas.
Experto de Interpol Dr. Giulio Calcara de la Universidad de Plymouth, hizo hincapié en un aspecto de las difusiones rojas que a menudo se pasa por alto: su efecto jurídico de facto, a pesar de su carácter no vinculante. Señaló que aproximadamente un tercio de los países miembros de Interpol ejecutan detenciones provisionales basadas en difusiones rojas, lo que en la práctica las convierte en el equivalente más cercano a una orden de detención internacional. Este efecto jurídico de facto puede dar lugar a violaciones de los derechos humanos, lo que pone de relieve la necesidad de disponer de salvaguardias y mecanismos de supervisión rigurosos.